domingo, 13 de marzo de 2016

La siguiente batalla

Todo lo que nos sucede en la vida simplemente no pasa por que sí, no es coincidencia y eso no lo escuche de kung fu panda, si no que a lo largo de mi corta vida he descubierto que es verdad, y quien sabe, tal vez, solo tal vez, la vida nos puso en el camino para que simplemente me abrieras los ojos y el corazón, para serme completamente sincero y escuchar mis sentimientos. Es una pena y es un descanso saber eso, es una pena porque la verdad pensé que lograríamos ser algo genial, una bella coincidencia de la vida, pero aparentemente no lo va a ser; también es descanso saber que no será de esa manera, y así podemos hacer un “tatequieto” y así será muchos más fácil para los dos, mucho más fácil para mí, supongo.

Siempre he tenido mucho miedo a la soledad, es una gran desventaja esto, ya que me junta con personas que me acompañan, pero igual me siento solo, y por miedo a la soledad física, me quedo solo emocionalmente. Esto no me pasaba con ella, o bueno, no completamente, es raro lo sé, pero así es la vida, hermosa y muy difícil de entender. Yo aprendí a querer sus defectos, pero con el tiempo esos defectos se transformaron en valores que antes no comprendía, me ayudo a superarme, me enseñó a creer en mis instintos y me ayudó a ser más responsable, para resumir, lo que soy en la universidad es gracias a ella, y creo que esto lo agradece más mi familia que ella, pero esto de la responsabilidad es un efecto secundario.

Ella era totalmente diferente a lo que buscaba, para resumirlo simplemente diré que, entre su familia y yo, dedicaba bastante tiempo a mí, pero la verdad me interesaba más el tiempo que le dedicaba a su familia, era el tiempo que importaba mucho, la noche. La noche es donde más me asecha la soledad, la noche es donde más necesitaba de ella, de sus caricias y de su cariño, pero no podía y eso era lo que me impedía darle todo mi amor, porque no recibía lo que realmente necesitaba y quería. Lo que era ella y todo lo que representaba en mi corazón le ganaba a la soledad de la noche, pero con el tiempo y más estos últimos meses, la soledad ganaba cada vez más batallas, le ganaba al amor, la necesitaba con desesperación, mi corazón le gritaba que la necesitaba en mis brazos, pero ella no respondía esa llamada, no podía.

Luego llego ella, lo que presentía que seria, me alegraba mucho, era justo lo que necesitaba y lo que buscaba, una nueva compañera de experiencias y cuentos; ella representaba todo lo que alguna vez fui y perdí, y con el poco tiempo con ella recordé mi yo pasado y lo mucho que lo extraño. Ella seria ahora la responsable de ser una mejor persona, una persona más completa y feliz, y lo digo que sería porque ahora que la conozco un poco más personalmente, comprendo que me llené de expectativas y le di la espalada a la realidad, la verdad es que ella no está en condiciones para tan importante responsabilidad, la necesito completa emocionalmente y por ahora no puede; ojala el tiempo le ayude a reponerse completamente, ella se lo merece, además, simplemente no tiene tiempo por ahora y tiempo es lo que más necesito en estos momentos, porque cada vez que me quedo solo la soledad va ganando batallas, así que estoy dudando muy seria mente si darle esa responsabilidad. Pero ella va a ser muy importante porque me ayudo a superar mis sentimientos de cobardía y lo gracioso es que lo hacía por ella, y me duele que hubiera sido así, ya que lo hice por ella me imaginaba con ella, y ahora que comprendo que no va a ser así me duele un poco.


Me quede sin el pan y sin el queso, pero me quede con algo muchos mejor, una situación que va a ser muy dura para mí, pero cuando salga de esto voy a ser una mejor persona sentimentalmente. Animándome a escribir ya es un logro inmensamente grande, hace tantos mese que no lo hacía, es un efecto secundario de ella, algo más por ponerme triste, ella tuvo tanto efecto en mí que la voy a recordar mucho y eso ahora no está nada bien. Pero no importa, lo que importa es que ahora me tendré que enfrentar frente a frente, cara a cara, con la maldita soledad, ojalá después de esta batalla ya no la vea como una enemiga, sino que una muy buena consejera y quien sabe, tal vez una amante y que compartamos momentos inolvidables, eso sería genial. La verdad no sé cómo voy ganar esta batalla, pensaría que la mejor solución será una compañera de batalla, una mujer que también le tenga miedo a la soledad y nos unamos en uno para vencerla, pensaría que esa sería la mejor opción y le pido a la vida que me permita encontrar a esta mujer guerrera para esta dura batalla; la otra solución es enfrentarla solo, enfrentarla en su campo, donde es fuerte y confiada, en la noche. La noche, donde tiene más poder sobre mí, no sé cómo lo haré, tendré que ingeniármelas al fin y al cabo estudio ingeniería.