Esos
ojos tan hermosos, tan hermosos como el primer día que la vi, tan hermosos como
los días que la tengo a mi lado. Pero no son solo esos ojos con color a inocencia
y travesura, es la paz que desprende al sonreír, el calor que entrega con un
abrazo, es la pasión de los besos que me da. Yo no me hubiera imaginado lo que
me está pasando; querer tanto a la dueña de esos ojos. El primer que la vi yo quería
ver esos ojos, quería descubrir esa mirada y loco por esos ojos me convertí. Ladrón
de un corazón yo me volví, pero la magia de sus besos fue lo que me hizo así.
La
dueña de esos ojos me enseño que es querer a alguien y por eso es que pienso
entregarle mi vida entera, porque sé que la cuidara y no, no la voy a
necesitar, no voy a necesitar de “mi” vida, porque con ella va a ser “nuestra”
vida. Solo esa boca hermosa y exquisita a la vez de aquella mujer podrá saciar
esa sed que me produce el cariño que ella me ofrece. Cuando ella a mi lado no está
me paso el día contando los minutos, cuando ella a mi lado no está solo espero
verla llegar por mi puerta y cuando ella a mi lado está la quiero cada vez más.
La voy a recordar todos los días, porque un querer así nunca se olvida y por
eso quiero darle cada uno de mis
instantes, la llevo muy dentro de mí por eso la quiero con todas las fuerzas de
mi corazón.
Pero
si, esos ojos fueron los que me conquistaron, trato de echarle la culpa a la
dueña de esos ojos, pero como no quiere que me enamore si al ver esos ojos me
di cuenta del amor, la pasión y la travesura que podría dar ella, y no me
equivoque.
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